Producción de adoquines, emprendimiento comunitario que surge gracias a la compra pública
La comunidad Pucará de Pesillo, ubicada a 13 kilómetros al noreste del cantón Cayambe, dispone de importantes recursos naturales como la cantera de roca, principal insumo para la fabricación de adoquines. Esta actividad requiere de un arduo trabajo con el que los comuneros mejoran, día a día, su calidad de vida.
Con una población de 6.800 habitantes, mayoritariamente indígenas, que históricamente se han dedicado a la producción agrícola y ganadera; los comuneros de Pesillo, desde hace aproximadamente dos años, decidieron emprender en la fabricación de adoquines.
Edison Echeverría, líder y mentor de la “Fábrica Comunitaria Pesillo”, cuenta que los integrantes de este emprendimiento se unieron como una asociación de la Economía Popular y Solidaria y adquirieron maquinaria de segunda mano para iniciar el negocio. Una retro excavadora, trituradora y mezcladora son las máquinas con las que cuentan para fabricar los adoquines, actualmente su capacidad productiva diaria es de 10 mil adoquines.
Echeverría afirma que “el uso del material pétreo es un derecho constitucional” ya que la comunidad de Pesillo es reconocida a través de los derechos colectivos de régimen especial. “Tenemos la facultad de impulsar nuestro propio desarrollo haciendo uso de los recursos estratégicos del Estado, como el suelo”, indicó.
Entidades como el Gobierno Autónomo Descentralizado Parroquial de La Paz; la Administración Zonal Tumbaco del Municipio de Quito; los municipios de Urcuquí, Pedro Moncayo, Salcedo y Chunchi; Dirección Distrital de las parroquias de Tumbaco y Tababela; y, la prefectura de Orellana han adquirido los bienes producidos por la comunidad de Pesillo desde el 2016, por lo que la comunidad ha recibido 116.229 dólares.
La cadena de producción de los adoquines
El proceso empieza con la excavación del terreno hasta llegar a la capa rocosa. Las rocas se llevan en volquetas al área de trituración. El material triturado se conjuga entre polvo de piedra, agua y cemento que se mezcla, compacta y coloca en moldes. Luego de 28 días de secado, y previo un control de calidad, los adoquines se entregan a los clientes.
El objetivo
Los comuneros buscan generar recursos propios para reinvertir en proyectos de desarrollo comunitario, generar fuentes de empleo sostenibles para los lugareños. “Buscamos consolidarnos en el mercado, considerando que el Estado es el mayor comprador, a través de los Gobiernos Autónomos Descentralizados”, agrega Echeverría.
Calixto Catucuamba, dirigente de agua de riego de Pesillo, indica que este emprendimiento surgió del esfuerzo comunitario. “En el camino hemos aprendido a trabajar en la elaboración de adoquines y transmitimos el conocimiento a nuestros jóvenes para que les sirva en el futuro. El Sercop nos ha dado la apertura para llegar a las entidades públicas y que puedan adquirir nuestro producto”.
(PV)